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28 de abril de 2023Sobre el salario
El contrato de trabajo es sinalagmático, contiene obligaciones reciprocas para las partes que lo firman. Dos obligaciones son fundamentales:
Para el trabajador, cumplir con la obligación de hacer, es decir, cumplir con el trabajo contratado, (prestación debida). El cumplimiento exige su presencia física o virtual (teletrabajo) durante la jornada de trabajo pactada, normalmente en contratos a tiempo completo de 40 horas. Su distribución tipo es de lunes a viernes en horario de ocho horas, bien sea en jornada continuada o en jornada partida (evidentemente existen jornadas y horarios especiales).
Para el empresario, el pago puntual del salario pactado (legal, convencional o contractual). Su incumplimiento (atrasos o falta de pago), cuando es reiterado, posibilita la extinción indemnizada del contrato de trabajo, con derecho a la prestación de desempleo.
Salario Mínimo Interprofesional (SMI)
(I) Marco normativo
El Real Decreto 99/2023, de 14 de febrero, por el que se fija el salario mínimo interprofesional para 2023 y eleva la cuantía del SMI a 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas, es decir, 15.120 euros brutos anuales. Aumenta un 8% respecto al SMI del 2022.
El salario queda fijado en 36 euros/día o 1.080 euros/mes, según el salario esté fijado por días o por meses.
Este salario se entiende referido a la jornada legal de trabajo en cada actividad, sin incluir en el caso del salario diario la parte proporcional de los domingos y festivos. Si se realizase jornada inferior se percibirá a prorrata.
Para los trabajadores eventuales y temporeros, cuyos servicios a una misma empresa no excedan de ciento veinte días, en ningún caso la cuantía del salario podrá ser inferior a 51,15 euros por jornada.
En el caso de la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar, se fija el Salario Mínimo de las empleadas y empleados del hogar que trabajen por horas, en 8,45 euros, por hora efectivamente trabajada.
Esta subida se aplica con carácter retroactivo al 1 de enero de 2023.
(II) Objetivos del aumento del Salario Mínimo
El objetivo es atender al derecho a una remuneración equitativa y suficiente que proporcione a los trabajadores y a sus familias un nivel de vida digno, garantizando la capacidad adquisitiva de los salarios frente al coste de la vida, especialmente en la actual situación (inflación y precios).
Adicionalmente se busca situar el SMI en el 60% del salario medio en 2023, cumpliendo así lo dispuesto por el Comité Europeo de Derechos Sociales.
(III) El salario Mínimo en los países europeos
La gran mayoría de los países europeos tienen fijado por ley un Salario Mínimo interprofesional, que se suele ajustar cada año para hacer frente a la inevitable inflación de los precios y adaptarse así al coste de la vida. Se constata una fuerte brecha entre la cúspide y el fondo del ranking del SMI en Europa, así:
Dinamarca, Italia, Chipre, Austria, Finlandia, Suecia, Islandia, Noruega y Suiza no tienen Salario Mínimo interprofesional, acreditando muchos de ellos las rentas per cápita más elevadas del mundo, lo que se explica porque en dichos países cuentan con la protección de sindicatos poderosos y una negociación colectiva continua, siendo exponente de ellos los países nórdicos con tasas de paro prácticamente inexistentes y avanzados niveles de políticas sociales. La demanda de empleo y la productividad, obtienen las mejores condiciones laborales.
(IV) El SMI ni crea ni destruye valor
Como afirma David Card, economista y premio Nobel y Alan Krueger en un estudio comparativo publicado en 1992, cuando el estado Nueva Jersey decidió subir el Salario Mínimo mientras que el vecino Pensilvania optó por no tocarlo, llegaron a la conclusión (en contra de la tesis dominante hasta entonces) de que un incremento de la retribución mínima no destruye empleo.
La mayoría de los análisis rigurosos efectuados desde entonces con la misma metodología y más fuentes de datos, acreditan que la subida del salario mínimo no crea ni destruye valor, solo lo redistribuye.
Salario medio
El salario medio no es sino la proyección de la retribución que percibe de media el trabajador de una empresa, región o país, concretada frecuentemente en términos anuales.
En España, según publicación de 7 de febrero de 2023 de Economía 3 (Pablo Barroso y Borja Ramírez) los trabajadores perciben un promedio de 26.832 euros al año. El salario medio anual en los países de la Unión Europea se proyecta en:
Salario máximo
Los directivos de las empresas del IBEX 35 cobran de media 123 veces más que el salario medio de sus empleados. Los ciudadanos de un país suelen pensar que la brecha salarial es más pequeña de lo que realmente es. En España era de 127 y pensábamos que era de 6,7.
Las propuestas sobre limitaciones entre el sueldo del trabajador mejor pagado en cada empresa y el peor pagado han sido recurrentes entre la izquierda española, especialmente con el objetivo de evitar el poder económico y político que supone. Solo organizaciones no gubernamentales como Oxfam, plantean actualmente establecer una ratio máxima que no pueda superarse entre el salario del primer ejecutivo y el salario más bajo de cada empresa.
Christian Felber es promotor de la conocida como economía del bien común; la meritocracia implica que la disparidad debe estar justificada por logros reales.
Israel aprobó en 2016 una reforma de la remuneración de los ejecutivos del sector financiero que prohibía que este fuese 25 veces superior al del empleado peor pagado. En 2013 el Parlamento de Suiza rechazó por un 65% la iniciativa 1:12 a propuesta del partido socialista suizo
Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial propuso un factor 20 para la limitación de sueldos.
Para muchos economistas, el salario máximo no es la mejor manera de hacer frente al problema de la desigualdad económica. Posiblemente, la pérdida actual de capacidad de negociación de los trabajadores a través de unos sindicatos poco representativos, impiden establecer el abanico salarial más justo en la empresa, si bien es cierto que los convenios colectivos normalmente excluyen de su aplicación a los directivos y a quienes acreditan sueldos más elevados, vinculados a retribuciones variables o bonus.
Economistas como Paul Krugman (premio Nobel) o Thomas Piketty, prefieren optar por la vía de los impuestos en lugar de por el salario máximo, tesis que sostienen accionistas mayoritarios de multinacionales muy conocidas e inversores financieros estadounidenses. Aumentar los impuestos de forma progresiva en atención a los ingresos, puede ser la forma mas razonable de combatir la desigualdad económica.