Inflación y Pacto de Rentas: ¿sacrificios para quién?

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Planteamiento

Cuando la retórica económica se impregna de anuncios sobre sacrificios, dolor, sufrimiento, fin de la abundancia…, es evidente que estamos iniciando un nuevo ciclo de políticas de ajustes.

El Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos tenían en 2021 el mandato de mantener los precios en torno al 2%. En la zona euro la inflación actual es del 9,1 % y en Estados Unidos del 8,5%. Ambas entidades han fallado de modo sustancial en su mandato y hasta la fecha no han dado explicaciones, posiblemente porque la crisis de las cadenas de suministro, la guerra de Ucrania y la crisis energética, son ajenas a la política y control de los Bancos Centrales.

Pacto de Rentas

El concepto económico de “Pacto de Rentas” pretende responder de forma excepcional a una situación extraordinaria, la elevada inflación actual en la zona euro, y con ello menos tasas de crecimiento y riqueza, lo que hace necesario un acuerdo entre los agentes sociales (patronal y sindicatos), gobierno y oposición, para evitar las graves consecuencias sobre la economía en general y especialmente para familias y empresas en una economía abierta como la española, integrada en el mercado único europeo.

El Pacto de Rentas pretende evitar la espiral inflacionista transmitiendo a la sociedad que todos los que reciben rentas comparten de manera equitativa el coste de la inflación. Si los empresarios responden a la inflación, aumentando los precios de sus productos para sostener sus márgenes de beneficio y los trabajadores piden en consecuencia, subidas salariales para compensar la pérdida de su poder adquisitivo, nos encontramos ante una espiral inflacionista, circular, a la que no se ve fin, que puede limitarse mediante el Pacto de Rentas.

No existe Pacto de Rentas si no se mide la desigualdad

Parece evidente que la respuesta al nuevo ciclo económico que se anuncia, impone necesariamente a corto y medio plazo menos tasas de crecimiento y de riqueza, con el peligro de que el Banco Central Europeo eleve, como ya ha iniciado el pasado 21 de julio con la subida de 50 puntos (0,5%) de los tipos de referencia (intereses de los préstamos de dinero), la mayor subida en 22 años, de forma insostenible para nuestras empresas, nuestras familias y nuestra deuda pública.

El método que aplican los Bancos Centrales es bastante sencillo, suben los tipos de interés de referencia, para encarecer los costes de financiación de empresas y familias, de modo que se contraiga el consumo y se modere la demanda. En definitiva, subir tipos, matar la economía (recesión) para moderar los precios.

El Pacto de Rentas puede ser un instrumento importante para evitar la espiral inflacionista. Ahora bien: ¿cómo se distribuyen los sacrificios entre las partes afectadas?; ¿todos por igual?. Una interpretación básica del principio constitucional de igualdad impone que deben tratarse de forma igual las rentas y situaciones comparables y homogéneas y, por el contrario rompería el principio de igualdad, el trato igual de las rentas, que no soportan una comparación homogénea y mínima.

Afirma Thomas Piketty [i] que: si no somos capaces de medir la renta, la desigualdad de su distribución y su evolución en el tiempo, se antoja difícil imaginar cómo se puede desarrollar normas de justicia que nos permitan concentrar el esfuerzo en los más ricos y repensar la organización del sistema económico mundial de forma aceptable para los más modestos.

Algunos datos

(i) La gran recesión de 2008/2013 en España recayó sobre las rentas de trabajo, mediante la devaluación interna facilitada por la radical reforma laboral de 2012, debido al gran endeudamiento de las empresas y las restricciones del crédito bancario https://www.gutierrezarrudi.com/la-nueva-reforma-laboral-2021-aproximacion-critica/.

(ii) La reestructuración del sistema financiero de España (2008/2020), que presentaba diversos problemas, especialmente de capital y de financiación, agravados por la peculiar estructura de las cajas de ahorros, ha dejado un pasivo irrecuperable de decenas de miles de millones de euros, que asumimos todos los ciudadanos españoles y europeos.

(iii) El poder real de los oligopolios, bancos, energéticas y tecnológicas y su influencia directa sobre los precios al dominar los mercados nacionales e internacionales han generado y continúan generando miles de millones de ingresos extraordinarios, muchos de ellos, en expresión acertada, “caídos del cielo”, derivados de un marco regulatorio y de un mercado no competitivo, enormemente perjudicial para todos los consumidores.

(iv) Los dividendos pagados por las empresas a sus accionistas en la zona euro han crecido en el último año siete veces más que los salarios, es decir un 28,7% durante el segundo trimestre de 2022 frente a un 3,8 % de los salarios. En España, las diferencias son escandalosas, los pagos por dividendos crecieron un 97,7% estimulados por los bancarios, mientras que los salarios crecieron un 3,3%.

(v) Las empresas no han asumido mayoritariamente hasta la fecha que el origen de los problemas es el peso de las energías de origen fósil y que deben necesariamente y con urgencia avanzar en la transición ecológica.

Algunas valoraciones

La estructura y diferencias salariales en nuestro país, algunas consustanciales con el sistema de mercado, evidencian realidades radicalmente distintas, en atención a ser hombre o mujer, indefinido o temporal, a tiempo completo o a tiempo parcial, joven o mayor, retribución por horas, sector público o sector privado, grupo profesional/categoría, jubilados o no…, conforme reflejan las últimas publicaciones del Instituto Nacional de Estadística, lo que impide una valoración homogénea y un trato igual en el colectivo de trabajadores en la aplicación del Pacto de Rentas.

La economista alemana Isabel Schabel, perteneciente al Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, reclama una actuación contundente para controlar los precios, sin embargo ha señalado que los beneficios empresariales: han sido recientemente un contribuyente clave de la inflación interna, añadiendo que: los trabajadores han soportado el peso del choque inflacionario, ya que el crecimiento del salario nominal se ha mantenido silenciado.

Pacto de Rentas sí, pero el sacrificio no debe recaer en los trabajadores, ni en los sectores más vulnerables, que requieren ayudas inmediatas, suficientes y finalistas. Se deben adoptar medidas fiscales, sociales y de transición ecológica, contundentes, rápidas y suficientes, que reduzcan rápidamente la desigualdad creada. En caso contrario no habrá paz social.

[i]  Una breve historia de la igualdad, Thomas Piketty, Deusto 2021.


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